martes, 26 de octubre de 2010

HISTORIA EXPLICATIVA - HISTORIA COMPRENSIVA

La historia como asignatura escolar tiene varios fines educativos, entre los que destaca la comprensión del presente. Una de las características del conocimiento histórico, es el estudio del devenir de los hombres en el tiempo, es por ello que  para Marc Bloch la historia "es la ciencia de los hombres en el tiempo", y tiene razón, porque es imposible desarrollar un estudio histórico alejado del factor temporal. O como lo señaló otro historiador francés Femand Braudel. “El historiador no se evade nunca del tiempo de la Historia: el tiempo se adhiere a su pensamiento como la tierra a la pala del jardinero". Con lo anterior se quiere decir que la historia se mueve ineludiblemente en el tiempo, y que la justificación de su existencia se encuentra precisamente en el hecho de que el estudio del pasado nos es útil para entender el presente, si no fuera así, esta ciencia sólo sería un entretenimiento.
Con esta idea, decimos que el valor formativo de la historia en la educación primaria y secundaria, es la comprensión del presente. Para poder explicar el presente hay que acercarse a la comprensión del pasado, pero no como el simple recuento de verdades absolutas, sino acercarse con una mirada crítica, que permita comprender que el conocimiento histórico implica una serie de habilidades cognitivas para poder apropiarse del pasado y a partir de ello, comprender el presente, el mundo en el que se vive.
Así planteado el problema, el estudio de la historia en la escuela, tiene la finalidad de despertar el interés por el pasado para comprender de mejor manera el presente, no en forma mecánica o de repetición memorística, sino como producto del acontecer a través del tiempo. De esta manera, los alumnos tendrán que desarrollar su capacidad para la búsqueda de respuestas, ya que la historia es ante todo una forma de conocer la realidad (pasada) en la que están implicadas habilidades cognitivas que nos permiten encontrar las relaciones de problemas del presente con el pasado.
Si el alumno de educación básica se aproxima a la compresión del mundo en que vive y como sujeto histórico se ubica como parte de ese mundo, entonces le estará atribuyendo un significado y un sentido a lo que aprende. En este sentido, los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales, propios de esta disciplina escolar, estarán contribuyendo para que los estudiantes puedan desempeñarse como ciudadanos responsables, al reconocer los valores universales, la diversidad social, el respeto al patrimonio cultural y natural, lo que favorece para que se reconozcan como parte de su comunidad, país y el mundo.
Si tomamos en consideración los fines educativos de la historia, seguramente se logrará, como docentes, estimular la curiosidad de los alumnos por esta disciplina de tal manera que les ayude a comprender mejor el mundo que les toco vivir, a entender, incluso, las noticias de actualidad, para ello esta asignatura les ofrece herramientas necesarias para que los estudiantes aprendan a pensar históricamente. Para lograr estos fines, hay que comprender a cabalidad el valor formativo de la asignatura de historia en el currículo de la educación básica y la importancia que reviste para formar alumnos con criterio.
Es importante también señalar que la enseñanza de la Historia se encamina a que los alumnos adquieran las competencias (conceptos, procedimientos y actitudes) necesarias para comprender la realidad humana y social del mundo en que viven.

La progresión y complejidad de la enseñanza con base en el desarrollo cognitivo de los estudiantes de los diferentes grados y niveles educativos. De este modo, la enseñanza aprendizaje deberá considerar el desarrollo intelectual de los alumnos desde el pensamiento concreto al formal. Con base en ello, la organización de los programas de estudio considera la presentación de los contenidos temáticos, los procedimentales y los Actitudinales.
Las competencias genéricas que se propone desarrollar en el aula son las cinco contenidas en el Perfil de egreso: competencias para el aprendizaje permanente, para el manejo de la información, para el manejo de situaciones, para la convivencia y competencias para la vida en sociedad; además de las propias de la Historia. Además de las competencias que estructuran los programas de la asignatura: Comprensión del tiempo y del espacio históricos, manejo de información histórica y formación de una conciencia histórica para la convivencia.
También es importante identificar aquellas competencias que son comunes a otras asignaturas para fortalecer su desarrollo y hacer las relaciones pertinentes para que los alumnos encuentren mayor significado en su vida. 
Para que los alumnos desarrollen las competencias es fundamental un cambio en la concepción de enseñanza y aprendizaje, es decir lo importante es la comprensión de la asignatura y evitar una enseñanza que se base o privilegie la memorización de información pasiva y verbalista. Es importante encontrar el equilibrio entre las fechas clave y la comprensión de los acontecimientos y procesos históricos.

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